La actividad diaria de los particulares también es fuente de graves daños a otros ciudadanos. Desde los perjuicios causados por una fachada que cae sobre un transeúnte ocasionándole graves heridas, hasta la muerte de una persona que queda en medio de un tiroteo entre asaltantes y guardas de un carro de valores, la vida en sociedad produce múltiples daños y conflictos que requieren una reparación integral.