La entrega de una vivienda nueva o de un lote campestre suele estar acompañada por sustanciales diferencias entre lo prometido por el constructor y lo esperado por el cliente.
Especificaciones deficientes de las vías internas de la copropiedad, acabados de calidad inferior a los contratados, defectos en la construcción que causan gastos permanentes y elevados a los propietarios: estos incumplimientos pueden y deben ser reclamados a los constructores.