Los resultados jurídicos que hemos alcanzado en la reparación del daño no serían posibles sin una defensa acérrima de los intereses de las víctimas en el marco de un proceso penal.

En los casos de “falsos positivos”, por ejemplo, resulta crucial el acompañamiento penal por cuanto los cuerpos de las víctimas suelen estar desaparecidos, las investigaciones se encuentran en la justicia penal militar sin avances en la identificación de los hechos y autores, y el material probatorio ha sido manipulado hasta deformar la realidad de lo ocurrido, con el fin de proteger a los agentes del Estado implicados en estos hechos.